Otro año más ha tenido lugar la Mereth Aderthad, también conocida como Estelcon, evento estrella de la Sociedad Tolkien Española. Y para variar, otro año más los miembros, aunque por desgracia no todos, del Muy Disuelto, Muy Barroco y Muy Impresentable (entre otros apelativos) Smial de Tol Eressëa de Mallorca han acudido. Este año lo organizaba el Smial de Hammo de Madrid y se celebraba en la residencia de los Padres Paules en Santa Marta de Tormes, al ladito de Salamanca, del 16 al 19 de octubre.
La verdad es que no me pensaba que tardaría tanto en tener lista esta crónica, unos nueve meses, tiempo más que suficiente para gestar a un bebé, pero bueno, espero que la espera, válgame la redundancia, haya merecido la pena. Con el tiempo pasado, es posible que haya cometido algún error y haya olvidado por mencionar alguna cosilla. Si es así, no dudéis en corregirme.
En este viajecito para disfrutar de la Estelcon nos embarcamos nuestros compañeros Amras, Boromir, Haldir, Telmefion, Kaworu, mi señora enana y quien esto escribe. Íbamos casi con lo puesto, por el gran sablazo que nos metieron con los billetes de avión y el alquiler de la furgo, ya que coincidió con la subida del IPC, el precio del petróleo y la crisis económica provocada por las mangarrufas de empresarios y políticos por ahogar más al personal y satisfacer su cada vez más hambrienta avaricia a costa nuestra, pero bueno, eso ya es otro tema.
En esta ocasión no teníamos que madrugar en exceso, el avión salía a las 10:25 horas, así que habíamos quedado a las nueve menos cuarto en el aeropuerto, por lo que en teoría podríamos dormir algo más, cosa que al final no fue así. Llegamos medio dormidos, ya que Boro se había quedado en nuestra casa y nos acostamos a las tantas de la noche tras hablar de todo un poco y ver una película ñoña, al menos para mi gusto (aún sigo sin entender como nos enganchamos a la jodida película, teniendo a mano el dvd de Iron Man, la trilogía del Señor de los Anillos o Blade Runner en sus diferentes versiones, entre otras posibilidades para visionar).
Esperando nuestro vueloEl resto de la gente ya nos estaba esperando y tras saludarnos nos dirigimos a facturar el equipaje. De allí seguimos la ya tan famosa ruta del control de seguridad y caminar un buen rato hasta llegar a nuestra puerta de embarque. Al llegar allí esperamos un ratito, mientras Haldir, Telme y Kaworu se pillaban algo para comer y Boro se iba a saludar a David, un amigo suyo que trabaja en el aeropuerto y que nos ayudó hace unos años con nuestra maqueta del Abismo de Helm. Embarcamos y despegamos más o menos puntuales y llegamos sin ninguna novedad al aeropuerto de Barajas. Allí recogimos el equipaje, pero en vez de lo que nos pasó la última vez, fueron también puntuales, tanto que en unos cinco minutos desde que llegamos a la cinta de equipajes, teníamos casi todas las maletas en los carritos, por lo que me lo tomé como una posible buena señal de que iban a ir bien las cosas durante este viaje. De allí nos fuimos a buscar la furgo que habíamos alquilado y también las gestiones fueron rápidas, con lo que mis pensamientos positivos sobre esta Estelcon iban en aumento y ya no digamos mi sorpresa, ¿habría huargo encerrado en este viaje?. El huargo, al menos en ese momento, fue que tuvimos que ir a la Terminal 1 de Barajas porque allí estaba nuestra furgo, y como no está al lado precisamente de la Terminal 2 (bueno, sí lo está, pero Barajas es muy grande), tuvimos que caminar un ratito hasta que llegamos a la oficina de alquiler donde nos dieron los papeles y la llave.
La furgo que nos tocó era una pasada, bien grande, espaciosa, cómoda. Mientras Boro y Amras volvieron a la oficina para aclarar una cosa, a mí me tocó mover la furgo porque no podíamos abrir las puertas del maletero al estar muy pegada a la verja del aparcamiento. Me daba respeto, al estar acostumbrado a un peugeot 207, pero se estaba bien allí arriba en el asiento del conductor, excepto por la palanca de freno de mano, que entre que estaba en el lado contrario de donde suele estar y que para bajarla había que hacer malabarismos, llegaba a ser un pequeño incordio a la hora de conducir.
Iniciamos la marcha hacia Salamanca, nos quedaba un camino de tres horas, sin incluir paradas, pero con buen ánimo. Repartidos por la furgoneta, íbamos comentando nuestras cosas y haciendo bromas. Boro conducía y junto a él iban mi señora enana y Amras haciendo de copilotos, detrás estaba Kaworu jugando con una consola portátil (creo que era una PSP) y un servidor, cámara en mano, para fotografiar todo lo que se pusiese por delante y diese tiempo de plasmar en una foto, por último iban Haldir y Telme haciendo cachondeo durante todo el viaje. Desde el primer momento y por un comentario de Kaworu, la furgoneta quedó bautizada como Parabarros, palabra que fuimos repitiendo a lo largo de todo el trayecto, al igual que otras muchas como Jonás, Paraguayo, etc. Es que con nada nos entretenemos :-D
El trayecto, aunque largo, no se hizo cansino, al menos para mí, ya que nunca lo había hecho en su gran parte, por lo que me quedaba ensimismado mirando el paisaje, en algunos casos deprimente, porque sólo se veía una inmensa llanura, salpicada en alguna ocasión por algunos árboles solitarios o alguna casa.
Como se acercaba la hora de comer y había mucha hambre paramos en Ávila. De paso aprovecharíamos para ver sus murallas, que tanta fama tienen y ciertamente bien ganada como pudimos comprobar después.
Murallas de Ávila
Tras varias vueltas y una gran cantidad de rotondas, llegamos al casco antiguo de Ávila. Nada más verlo nos quedamos impresionados con las murallas. Piedra sobre piedra, muro tras muro, allí se encontraba el recinto defensivo que protegió durante siglos a la ciudad de Ávila de posibles ataques e intentos de conquista. El nivel de conservación, al menos a simple vista, era excelente y su visión impresionante. Nada más bajar de la furgo comencé a hacer fotos como un poseso para intentar plasmar con la cámara lo que tenía ante mis ojos. Aparte de su belleza y magnificencia, me llamó la atención las marcas y símbolos que presentaban algunos de los sillares del muro, aunque posteriormente encontré respuesta a este enigma, eran las lápidas de un antiguo cementerio prerromano que había en el mismo lugar donde ahora se alzaba la puerta de entrada principal de las murallas, en el parque de San Vicente de la ciudad, y que se usaron en la construcción de las murallas.
Tras parar en una tienda de recuerdos y comprar varias postales e imanes con souvenirs por parte de mi señora enana y yo un libro de la ciudad (para variar), entramos por la puerta principal de la muralla, que no desmerecía para nada al conjunto amurallado y entramos en Ávila dispuestos a encontrar un sitio donde comer. Al tratarse del casco antiguo, no paraba de mirar por todos lados y de hacer multitud de fotos en cuanto veía algo digno de fotografiar, cosa arto frecuente en esta ciudad.
Tras dar varias vueltas, encontramos un sitio para comer con varios menús, desde uno bastante asequible hasta otro más carito. En parte estaban compuestos por platos típicos de la zona y mi señora enana y yo por una vez nos decantamos por el caro, que es bueno darse un capricho de tanto en tanto. En mi caso me pedí de primero patatas revueltas, que eran una especie de puré de patatas, con pimentón y trozos de tocino seco. De segundo estuve a punto de pedir un chuletón de Ávila, pero al final preferí dejarlo para otra ocasión y me pedí un solomillo de Ávila. Disfruté con ambos platos, aunque no sé si fue como consecuencia de lo sabrosos que estaban o del hambre que tenía.
Tras la comida nos dirigimos hacia la furgoneta, que ya tocaba volver a la carretera y seguir nuestro camino hacia Salamanca, cosa que hicimos tras un par de vueltas, multitud de nuevas fotos y con nuestra tónica de hacer cachondeo cada dos por tres. Durante el trayecto Kaworu se quedaba dormido, yo intenté imitarlo, pero me fue imposible porque el sitio que me tocó de la furgo no era muy idóneo para dormir, aparte de que Telme y Haldir no paraban de hacer cachondeo intentando despertar a Kaworu (¡¡¡los muy cabrones!!!) y por consiguiente, eliminando las pocas posibilidades que tenía de dormir un poco.
Por fin llegamos a Santa Marta de Tormes y comenzamos a buscar la residencia de los Padres Paules, pero no teníamos suerte. Por muchas vueltas que dábamos no terminábamos de encontrar la dichosa residencia, y eso que teníamos la dirección, Findûs le había dado unas indicaciones a Boro y que, en teoría, tendríamos que tenerla delante de las narices. En un momento dado pensamos que la habíamos encontrado, ya que vimos un edificio con pinta de residencia, pero cuando nos acercamos y comenzamos a ver que las ventanas tenían los cristales rotos, estaba lleno de pintadas y que tenía una pinta más acorde para rodar la continuación de “El Orfanato” o hacer un programa de los que tanto le molan al Iker Jiménez, llegamos a la conclusión, bastante acertada por cierto, de que ahí no era.
La Residencia
Tras un par de vueltas más y una nueva llamada a Findûs encontramos la dichosa residencia. El sitio tenía buena pinta y parecía bastante grande, como después pudimos comprobar. Nada más llegar comenzamos a ver a gente otros smiales y tras aparcar la furgo y comenzar a sacar el equipaje comenzamos con los saludos de rigor. Había gente de Lórien (Barcelona), Umbar (Cartagena), Minas Tirith (Granada) y de alguno más que me dejo por ahí.
Entramos a buscar las acreditaciones y a dejar el equipaje en nuestra habitación. Nos atendieron los miembros de Hammo, nos dieron el pack de bienvenida, una bonita bolsita con un kit de supervivencia hobbit (golosinas) para matar el gusanillo en caso de tenerlo, el horario de actividades, las normas que regían en la residencia, vale de reserva de la camiseta de la Estelcon, en caso de haberla reservado, nuestra acreditación y un diploma con un árbol de Niggle dibujado, al cual se le añadirían hojas que nos darían en cada actividad a la que fuésemos y que posteriormente se sellaría como que se había ido a la Estelcon y se había participado en la misma, una idea graciosa y original. Tras recoger el pack y recibir la llave de nuestra habitación, Niníel, la presidenta de Hammo, muy amablemente nos acompañó a nuestra habitación. Por el camino nos encontramos a nuestros compañeros de smial, ya que teníamos las habitaciones unas al lado de las otras, excepto Boro, que la tenía en otro lado, el muy desertor. La habitación estaba muy bien para nuestro gusto, dos camas, escritorio, baño propio, etc., sin excesivos lujos pero acogedora y parecía bastante confortable. El resto dormían en habitaciones individuales, exceptuando nuevamente a Boro, y por su parte no hubo quejas, aunque sí algún que otro comentario, especialmente de Telme, ya que al entrar en su habitación no veía la cama por ningún lado y en un principio pensó que le tocaría dormir en el escritorio, hasta que al levantar una cortina que había la encontró, aunque eso no impidió que tuviera cierta desazón ya que al lado de su cama había una silla y entre el crucifijo de la pared y la distribución de la habitación, parecía que se le tenía que aparecer el padre Carras de “El exorcista” para hacerle un exorcismo “¡¡¡Sal de su cuerpo!!!”. Más tarde y al ir al baño pude comprobar como el agua salía con un color rojizo como consecuencia del óxido de las tuberías (afortunadamente fue sólo el primer día y el color rojizo desaparecía al hacer correr un poco el agua), por lo que no pude evitar el pensar en lo que diría Telme si le pasaba lo mismo, si al padre Carras le añadíamos que el agua salía roja, ¡¡¡sal de la habitación, Jonás, hijo de Satanás!!!.
El lugar era bastante grande y al principio, al menos a mi señora enana y a mí, nos costó orientarnos. Fuimos a dar una vuelta con nuestros compañeros por el lugar, buscando donde se encontraban las salas donde tendrían lugar las diferentes actividades, el comedor (¡¡¡lo más importante de todo!!!), la Esteltienda, etc. Para variar, en la Esteltienda, aparte de saludar a Findûs y a Balin, ya hicimos nuestras primeras, que no las últimas, adquisiciones de material Tolkien. También nos fijamos en un árbol que habían puesto que representaba el árbol de Niggle y en el cual podíamos poner una hoja con el mensaje que quisiésemos. Al día siguiente pusimos nuestros mensajes, Natalia puso que estaba encantada con la Estelcon y un servidor puso “Larga vida al muy barroco, muy disuelto y muy gamberro Smial de Tol Eressëa” (en honor a la verdad, después de tanto tiempo no recuerdo muy bien lo que puse, pero fue algo parecido).
En la Esteltienda, aparte de poder conseguir material relacionado con Tolkien, podíamos contemplar una exposición de la Comisión de Música y otra de la Comisión de Artesanía. Ambas exposiciones, y cada una en su faceta, mostraba lo que se hace en la STE relacionado con la música y los bailes Tolkienianos y la otra mostraba de las obras seleccionadas a los Premios Niggle 2008 y a una muestra de artesanías inspiradas en las obras de J.R.R. Tolkien. Posteriormente se pudo ver una muestra de dioramas realizados por Celembrimbor del Smial de Acebeda. He de decir que merecía la pena ir un rato a ver tanto las exposiciones como los dioramas, habiendo material de gran calidad.
No recuerdo si fue antes o después, pero en algún momento también me encontré con Silmaril, la prima de Findûs, cuyo blog “Brillando en la oscuridad” tenéis en los enlaces y que es Presidenta del Club de Fans de Boromir (sí, que es buen tío, pero no tiene garra, ni gancho, ni na para tener un club de fans :-p). Por fin nos conocíamos en persona y tras los saludos y presentaciones pertinentes quedamos en vernos más tarde.
Se acercaba la hora de la inauguración de la Estelcon y nos dirigimos al pequeño teatro donde tendría lugar. La presentación fue básicamente explicarnos cuatro cosas sobre la Estelcon, las normas que regían el lugar y alguna cosilla más. Luego tendría lugar la presentación de un nuevo libro sobre Tolkien por parte de Ylmir de Lórien, pero por desgracia las imágenes que iba a mostrar de dicho libro le habían llegado en un archivo con contraseña y a la hora de presentar la conferencia seguía sin saber dicha contraseña, por lo que la conferencia se tuvo que posponer. Luego hubo otra conferencia sobre “Flora y vegetación de la Tierra Media”, por Rafael Del Hoyo “Athelas”, a la cual estuve a punto de quedarme, pero al final opté por irme con mis compañeros de smial a un bar cercano.
Haciendo el Bombadil
Allí volvimos a hacer de las nuestras. Amras, Telme y Haldir comenzaron a sacar de una máquina expendedora de juguetes, unos cuantos de ellos y empezaron a armar cachondeo. En ese momento entraron unos cuantos asistentes de la Estelcon, la mayoría disfrazados, y la gente que había en el bar se les quedó mirando flipando en colores. Uno de los clientes le preguntó al del bar a que venía todo esto y mi señora enana que estaba por allí, atenta toda ella, les explicó que eran de un congreso que se celebraba al lado. En fin, que la cara de sorpresa creo que les duró toda la noche.
Tras estar por allí nos fuimos al comedor a cenar. Durante todos los días que estuvimos allí, había una hoja con el menú, pero anunciado de forma original de una manera que lo relacionaba con alguna obra de Tolkien, por ejemplo las patatas fritas eran papas a la Gollum. La primera noche nos tocó sopa de arroz, la cual estaba bastante pasado y soso, tanto que le eché medio salero para darle sabor, y eso que yo no suelo tomar mucha sal en las comidas. Natalia casi no lo tocó, así que le cambié mi trozo de queso que también venía en el menú, por su ración de sopa, así que los dos salíamos ganando, o no, depende, porque a ella la sopa no le gusta mucho y a mí el queso tampoco. Luego de segundo tuvimos tortilla de patata, y ahí sí que disfrutamos los dos, porque encima la tortilla estaba buenísima, o eso o así nos lo parecía por el hambre.
A esas horas de la noche aún no había visto a mis archí enemigas del Smial de Lindon. Tras preguntarle a Findûs me confirmó que estaban de camino y que cenarían fuera. Cuando Kaworu y yo volvíamos de ir a buscar unas cosas a la furgo, vimos aparecer un coche. Al verlo pensé “¿serán las de Lindon?”, pero seguí mi camino pasando olímpicamente del coche y de sus ocupantes. De pronto, el coche comenzó a sonar su claxon y acto seguido escuché una voz familiar que decía “¡¡MUERTE A TOL ERESSËA!!”. Sí, era Lindon que por fin habían llegado. Dieron una vuelta a la residencia para buscar sitio, pero como no lo encontraron, volvieron a pasar y nos volvimos a decir de todo menos guapos. Luego Beleg me dijo que estuvo a punto de intentar arrollarme pero que cambió de idea, afortunadamente para ella, porque lo que no sabe es que cuando un enano y un coche chocan, el coche y sus ocupantes siempre se llevan la peor parte (demostrado :-D).
Tras la cena nos fuimos a ver una obra de teatro realizada por Hammo y sus colaboradores, a los cuales he de felicitar por la misma. Tanto mi señora enana y yo disfrutamos al verla, ya que, al menos a mi parecer, fue muy entretenida y divertida.
Al terminar la obra de teatro me acerqué a saludar a la gente de Lindon, porque encima que tienen la intención de atropellarme, ni siquiera vienen a decirme hola, claro, es lo que tiene el miedo. Pude hablar con Beleg y con Pippin, a la cual, por fin, conocía en persona. Y tras cruzar cuatro palabras, un par de amenazas y conseguir que Pippin me enviase a la mierda por recordarle que cuanto más cerda del peligro, más grande era su huida (y en este caso más cerda del peligro, como ella dice, imposible, porque la tenía enfrente mía :-D), me fui en busca de Findûs para preguntarle por Tomás, alias Lûrgtz, al cual tenía ganas también de conocer en persona. Me dijo que estaba por aquí y tras irlo a buscar me lo presentó. En honor a la verdad, me pareció una persona majísima y un tío cojonudo, cayéndome desde el primer momento estupendamente, es más, parecía que nos conocíamos de toda la vida y no como hasta ahora, en que habíamos cruzado cuatro palabras por nuestros respectivos blogs. Tras hablar un ratito quedamos en tener una buena charla de nuestros temas predilectos en otro momento.
Eran ya las doce de la noche y tocaba Karaoke, pero mi señora enana y un servidor nos fuimos a dormir, que el día había sido largo y mañana tocaba madrugar.
ViernesAl día siguiente nos levantamos temprano y nos fuimos a desayunar. El desayuno era bon magre, siendo, en mi opinión, lo peor de esta Estelcon, pero al menos uno podía tomar un café con leche o un cola-cao con un trozo de pan con algo de mermelada, cosa que detesto, pero que le vamos a hacer. Esa mañana nos sentamos con Findûs y la gente de Pelargir, de Sevilla. Por ahí estaban el resto de compañeros del Smial, excepto Kaworu que seguía durmiendo
Tras el desayuno mi señora enana se fue al taller de Jirafanejo, para luego ir al taller de baile y un servidor a las conferencias. Primero tocó “El Amor Verdadero”, por Francisco Soliva “Lórinlor”, conferencia interesante, luego vino la que para mí fue la mejor de todas “JRR Tolkien y el Camino del Héroe” por Santi Álvarez “Narnaron”. Luego tocó “Mythopoeia y las obras menores. Una aplicación analítica” por Ricard Valdivieso “Adanost”.
Tras la conferencia me reuní con mis compis del Smial, Kaworu incluido que por fin se había levantado. También había más gente, entre ellos Tomás, que estaba acompañado de su hijo de ocho meses Arturo, un futuro friki en vista de los padres que tiene :-D. Nos quedamos hablando haciendo tiempo para la comida, y viendo como un par de tolkiendili se daban palos con un par de espadas de goma espuma.
A la hora pertinente nos fuimos a comer y luego a descansar, ya que esa tarde tocaba visita por Salamanca. Intenté echar una cabezada, pero me fue imposible, primero porque oía a Telme llamando a voces por los pasillos a Haldir (y eso que tenía los cascos de mi MP3 puestos escuchando música y mi cama no estaba que digamos cerca de la puerta), luego porque sonó la megafonía de la residencia anunciando una actividad, pero no es que sonase por los pasillos, es que la megafonía también se oía dentro de las habitaciones, así que entre unas cosas y otras fue imposible dormir, pero al menos descansamos un poco. Así que tras eso y levantarme para unirme a Telme a dar gritos, pero en mi caso llamando a Jonás, nos fuimos casi todos los del Smial a Salamanca. Faltaban Boro, que estaba perdido vete a saber donde (suponemos que ensayando con los Bardos Errantes) y Amras que estaba en una reunión de la Junta Directiva.
El río Tormes
Nos fuimos a esperar el autobús que iba hacia Salamanca, el cual teníamos al lado de la residencia, pero tras esperar un rato vino cargado hasta los topes, por lo que pasamos de subir y nos fuimos caminando, total la ciudad estaba al lado. En diez minutos, puede que quince, llegamos a la misma, tras cruzar el río Tormes. Para alguien que viene de un lugar donde lo único parecido que tenemos a un río (de lejos, porque de cerca ni de coña) son unos torrentes, los cuales están más secos que el Sahara la mayor parte del año, ver un río cargado de agua es un bonito espectáculo que merece la pena contemplar (¡¡¡y fotografiar!!!).
Pues nada, que llegamos a Salamanca. Al venir a este viaje tenía ganas de ver cuatro cosas en concreto de la ciudad, la famosa Cueva de Salamanca, la Catedral con su astronauta, la Plaza Mayor, la Casa de las Conchas y la Universidad con su rana. Con ver la mitad ya me hubiese conformado. En esta ocasión no vi todo lo que tenía en mente, pero sí más de lo que pensaba. No encontramos la Cueva de Salamanca, aunque como descubrimos al día siguiente estuvimos al lado de la misma, pudimos ver la Casa de las Conchas, de la que se cuenta que debajo de una de las conchas hay un tesoro, también la Plaza Mayor, que es una pasada y no como la mierda de plaza Mayor que tenemos en Palma, la cual encima se cae a trozos. Pudimos ver la Catedral con su famoso astronauta y otros monumentos y calles de Salamanca, lo que hicieron que la visita mereciese la pena. Pero no me centraré en las leyendas y en lo que vimos, que para eso está la página de Tomás “Un blog Andaluz” y “Tomás Hijo”, donde hay más información al respecto (echar un vistazo que merece la pena), e ir a visitar la ciudad que es una pasada.
Pos nada, en eso que llegamos a la ciudad como ya he dicho antes y tras dar varias vueltas y ver unos cuantos monumentos, llegamos a la Casa de las Conchas, al lado estaba la oficina de información turística y mientras Telme y Haldir aprovechaban para ver donde había una estatua de Churriguera (ídolo del primero), Natalia y yo nos fuimos a comprar recuerdos y cosas típicas de la ciudad. Al final también se apuntaron el resto y entre unas cosas y otras pillamos de todo, postales, figuritas, y lo fundamental, chochos salmantinos, un dulce típico de Salamanca parecido a las peladillas.
Tras esto nos fuimos a la Catedral, allí habíamos quedado con Amras, el cual se iba a unir a nosotros tras la reunión de la Junta Directiva. En la plaza de la catedral había bastante gente y Natalia y yo nos adelantamos mientras el resto se rezagaban. Luego comprobamos que no paraban de hacerse fotos con unas máscaras que había traído para la Estelcon, ante el asombro de la gente que había por ahí. Luego os cuento de que iban disfrazados.
Al fin pude ver al famoso astronauta de la catedral de Salamanca. La verdad, me lo esperaba más grande, pero bueno, no me quejo de lo que vi. Después de hacerle unas cuantas fotos, pude ver como mucha gente se aproximaba a verlo extrañada, flipando en colores, claro, es normal, ¿qué pinta un astronauta en una catedral de hace varios siglos?, la explicación es sencilla y aproveché la ocasión para decirla delante de todo el mundo (y por las caras que ponían al girarse hacia mí, deduzco que me oyeron). La catedral fue restaurada en 1992 o 1993 e incluyeron al astronauta como un elemento de la época de su restauración, nada más. No tiene nada que ver con poderes de la mente, adivinación, extraterrestres y cosas parecidas, así que no llaméis al Iker Po...digo Jiménez que esto no tiene nada de raro.
A eso que llegó Amras y tras estar allí un ratito más nos fuimos hacia la Plaza Mayor. Al lado de la misma encontramos una estatua de los Churriguera y aprovechamos para hacerle unas fotos, con Telme incluido en las mismas, cosa poco frecuente, pero en esta ocasión era lógico (y esto me recuerda que aún no se las he enviado, ¡¡¡me va a pegar!!!).
De ahí nos fuimos a la Plaza Mayor, y joder, ¡¡¡que plaza!!!, me quedé alucinando en colores. Una vez más llegué a la conclusión que las principales ciudades de la península tienen unas plazas mayores magníficas y que la de Palma, ya sea por su insularidad o porque somos gilipollas, es una caca pinchada en un palo al lado de ellas.
La plaza estaba llena hasta los topes de gente, pero eso no impidió que nos encontrásemos al Smial de Mithlond al completo. Tras hablar un ratito con ellos seguimos nuestro camino. Volvimos a pararnos a comprar más recuerdos y Telme y Haldir se volvieron a hacer unas fotos con sus máscaras, llamando la atención de todos aquellos que paseaba cerca de nosotros.
Ahora viene la adquisición más grande que hicimos en toda la Estelcon. En una pastelería, aparte de unos cuantos pasteles, chochos salmantinos y dulces, pillamos entre todos a un pato relleno de chucherías. ¿Qué nombre le pusimos?, JONÁS, como debía de ser, el cual se convirtió en nuestra mascota de esta Estelcon y tal vez de las futuras. El muy puñetero no paraba de salir en todas las fotos chupando cámara, ¡¡pero es que se trata de nuestra estrella estelar!!
Tras nuestra visita volvimos a la residencia y tras dejar las cosas nos fuimos a un centro comercial que había al lado a cenar. Tras dar varias vueltas nos decantamos por un italiano.
Esa noche tocaba Eruvisión en la cual participaría Boromir, así que estábamos obligados moralmente (y por otros motivos, ¡¡¡muhahahahaha!!!, risa maligna) a hacer acto de presencia. Antes de entrar nos encontramos con Boro y tras hablar nos soltó que a ver lo que teníamos pensado de hacer, la verdad es que nada le dijimos, y era verdad, pero en segundos ya habíamos pensado en hacer una de las nuestras para cuando le tocase cantar.
Y comenzó Eruvisión, presentada por Josu “Eleder”, al cual no paraban de pedirle que cantase la canción del Oso cada dos por tres, basada en una canción de la saga “Canción de Hielo y Fuego”. El primero en cantar fue maese Boromir y allí estábamos nosotros aplaudiendo y gritando. Cantó “A veces me pregunto si los Balrogs tienen alas”, una pequeña crítica de lo que pasa en las listas de correo de temática tolkieniana, basada en una canción de Daniel Higiénico. Tras finalizar su club de fans comenzó a aplaudir y a gritar, pero no tanto como sus compañeros de Smial, los cuales al grito de “Barroco”, nos hicimos notar (lo de barroco es por una broma entre los miembros del Smial). Después les tocó al resto de participantes los cuales, entre que no se les oía muy bien, y que algún que otro no se sabía muy bien la canción, no podían competir con Boro (sí, ya lo sé, no comento sus canciones, pero es que entre lo largo que me está saliendo este escrito y que ya no me acuerdo de muchas cosas, paso de hacerlo).
Nos habían dando unas hojas para votar nuestra canción ganadora y mientras se hacía el recuento, Eleder al final se presentó a así mismo para cantar la canción del Oso. Luego volvió a salir Boro a cantar uno de sus éxitos, “Me gustaría ser un elfo”, basada en otra canción de Daniel Higiénico. Ni que decir que al final volvimos a gritarle “Barroco” añadiendo además “QL”, un apodo que tiene por el Smial. Parece ser que nos oyó porque nos gritó cuando ya se metía en las bambalinas “Disuelto tú” (otra de las bromas, o no, del Smial).
Por fin llegó la hora de saber quien había ganado y resultó que fue Boromir. Tras darle el premio agradeció a todo el mundo el haber quedado primero, ya que era la primera vez que ganaba algo por votación popular y le dedicó el premio a su Club de Fans y...a nadie más, se olvidó de nosotros, de su Smial, que tanto le habíamos tocado las nari...digo, apoyado durante toda la velada. Este agravio no quedará así, que uno es muy suyo, ¡¡¡leches!!!.
Tras Eruvisión fuimos a tirar de las orejas a Boro y a felicitarle por haber ganado. Estaba que no se lo creía, alucinando en colores, o así al menos me lo parecía a mí. Tras hablar con él mi señora enana se fue a dormir y el resto a la lectura de cuentos, aunque al final también me fui a la habitación para dormir y así estar descansado para al día siguiente. Esa fue la idea, pero al final mi Señora Enana y yo nos quedamos hablando hasta las tantas, por lo que oímos al resto del Smial cuando volvieron a sus habitaciones.
SábadoPara variar nos levantamos, con la desagradable sorpresa de que estaba lloviendo. Esa mañana tocaba visita guiada a Salamanca (la otra opción era Asamblea General para los socios y nada más para los no socios), así que no sabíamos si se anularía o si se iba a hacer y en caso de hacerla si ir con este tiempo.
Tras desayunar nos fuimos al lugar donde se había quedado para hacer la excursión. Estábamos Telme, Haldir y nosotros dos. Kaworu para seguir la costumbre estaba durmiendo (ya dijo que sólo se levantaría a desayunar el domingo) y a Amras le tocaba ir a la Asamblea General. Tantos éramos que el autocar quedó lleno y hubo gente que no pudo venir.
Nos fuimos hacia Salamanca, mientras la gente iba cantando y Telme escribía Jonás en la ventana del autobús, porque también nuestro querido pato venía con nosotros. Entre canción y canción yo miraba hacia el cielo, porque si ya estaba lloviendo ahora con tanta canción podía diluviar a gusto. Al final no fue así y al llegar a Salamanca había parado de llover.
Comenzamos la visita con la guía y las explicaciones de Eithel y Frodo. He de decir que tanto mi señora enana y yo disfrutamos. No sólo porque vimos con mayor detalle lo que habíamos visto el día anterior, sino que pudimos ver muchas más cosas nuevas, entre ellas todas las cosas que quería ver el día anterior y me quedaron pendientes. ¿Qué vimos?, la casa Lys, la calle de Tentenecio, la casa del Archivo Histórico de Salamanca, los Jardines de Calisto y Melibea (donde aprovechamos para mojar a unos cuantos, aprovechando el agua acumulada en la vegetación que había por ahí, ¡¡¡¡muahahahahahaha!!!!), la Catedral nueva y la Vieja, la Universidad, la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, la Cueva de la Luna y más cosas que me dejo en el tintero. Durante la visita se nos sumó Tomás junto a su familia, el cual también nos dio muchas explicaciones a medida que íbamos viendo la ciudad. No podemos más que estar agradecidos a Neithel, Frodo, Tomás y a Dain, que también hizo de guía improvisado, por enseñarnos los encantos de una ciudad tan bella y legendaria como Salamanca.
Tras la vuelta papeo y puesta al día de cómo fue la Asamblea General, a la cual parece que faltó bastante gente, a saber por qué :-D. Tras la comida mi señora enana y yo aprovechamos para ir a descansar, especialmente tras la caminata de esa mañana y que esa noche tocaba la Cena de Gala. Por desgracia no conseguimos dormir, pero al menos pusimos el cuerpo en horizontal y descansamos un poco.
Después de nuestra fracasada siesta, nos fuimos a ver diferentes actividades. Mi señora enana se fue a ver varias representaciones con marionetas y yo me fui al taller de Juegos, en el cual eché una partidita al Munchkin (¡¡¡que novedad!!!) con Ulmo y Boromir. Me dio lástima ver el taller tan vacío y con pocas alternativas de juego y espero que en la próxima Estelcon se pueda remediar.
Tras el taller me fui a la conferencia de Helios del Rosario sobre “El Silmarillion en su contexto”. Una conferencia interesantísima sobre el contexto en que se desarrolló el Silmarillion y su evolución.
Tras la conferencia me reuní con mis compañeros y nos fuimos a ver el concierto de los Bardos Errantes. Por desgracia hubo un retraso a consecuencia de un robo, ya que cuando tenía que comenzar el concierto salieron al escenario Findûs y Boromir diciendo que la guitarra de Boro había sido robada y en su lugar había una nota de rescate. Los Corsarios de Umbar habían hecho de las suyas otra vez y se habían agenciado la guitarra de Boro, pero a cambio de devolverla pidieron que Boro dijese públicamente que “Umbar mola” y que fuesen invitados a la próxima Mereth de nuestro Smial. A pesar de nuestros gritos diciendo que no lo hiciese, Boro se bajó los pantalones metafóricamente hablando y decía públicamente que “mmmmmbar mola” y los invitaba, al igual que al resto de la STE a nuestra Mereth. Tras esto les dijimos de todo a los de Umbar, como que les quemaríamos los barcos y cosas así, ¿o se piensan que nos quedaremos con los brazos cruzados tras esta afrenta?, le habrán bajado los pantalones a Boro, ¡¡¡pero no a Tol Eressëa!!!
Tras este pequeño incidente, comenzó el concierto, el cual fue magnífico. Un grupo de profesionales amateurs que hicieron disfrutar, creo yo, a todo el público asistente. Un sobresaliente para los Bardos Errantes.
Al finalizar el concierto nos fuimos a nuestras habitaciones a prepararnos para la cena de gala. Nos preparamos y nos fuimos hacia un punto de reunión con las cajas donde llevábamos nuestro mathom, un regalo para todos los asistentes a la Estelcon.
Tuvimos que esperar un momento, porque estaban preparando una cámara de vídeo para grabarnos cuando bajásemos por una escalera. Nosotros bajamos antes para dejar las cajas con el mathom y ya nos quedamos allí abajo. Estaban haciendo fotos para el ParmaSTE, un muestra de fotos de los asistentes a las estelcones. Así que mi señora enana y yo nos pusimos a la cola para hacernos la foto. Delante nuestra se encontraban Telmefion y Haldir dispuestos a hacerse una buena foto caracterizados. Al tocarle a Telme comenzó a prepararse para la foto, poniéndose una máscara de Halcón, la misma que había llevado por Salamanca, ante la vista y las risas de los presentes. Finceleb, uno de los encargados del ParmaSTE al verlo se preguntaba de quien iba, ¿tal vez de Gwaihir?, ¿de Thorondur?, le comenté que iba de él mismo Telmefion (ahora poneos a buscar su significado), así que con la máscara y la capucha puesta se hizo la foto. Luego le tocó a Haldir y cuando se puso la máscara que llevaba Finceleb se tapó la cara y el resto no pudimos por menos que reírnos. Se puso una máscara de Alien, que también llevó por Salamanca con un cartel que ponía “Sociedad Tolkien de Andrómeda”, que no sólo hay tolkiendilis en nuestro mundo, ¡¡¡jolines!!!. Luego nos tocó a nosotros pero íbamos de lo más normalito (por lo menos en el estándar de una Cena de Gala de la STE).
Tras la sesión de fotografías estuvimos esperando un rato, hasta que el resto de asistentes se retratasen. Luego partimos hacia el hotel.
En la entrada del hotel volvimos a encontrarnos con el cámara que estaba realizando tomas para el DVD de la Estelcon, pero al lado había otra cámara. Personalmente me llamó la atención y lo relacioné, no sé como con alguna grabación por parte del hotel.
Nos dirigimos a nuestra mesa para la cena de gala. En cada mesa había un letrero con un título de alguna de las obras menores de Tolkien y un fragmento de la misma y nuestra sorpresa y alegría fue que a nosotros nos tocó “Las aventuras de Tom Bombadil”, ya que la mayoría de la gente del Smial somos seguidores del bueno de Tom.
Nada más sentarnos Telme y Haldir volvieron a ponerse las máscaras y nada más hacerlo se les acercó la segunda cámara y una reportera para entrevistarles. Pensando que eran de la organización de la Estelcon no se cortaron y junto a Kaworu dejaron cuatro perlas con buen humor. A la pregunta que le hicieron a Haldir sobre de que iba disfrazado éste respondió que de él mismo, ante la pregunta que le hicieron a Kaworu de que iba él, afirmó que iba de una persona normal y que allí había mucha gente rara. A mí no me preguntaron, pero junto con Amras, nos estábamos tirando por el suelo de tanto reírnos al ver lo que estaba pasando. Luego nos enteramos que pertenecían a una cadena local, y Amras nos dijo que ya le habían avisado en la Junta Directiva de que vendrían a la Estelcon. La verdad es que el resto no lo sabíamos y los comentarios que se hicieron no se realizaron con mala intención, queda aquí dicho por si alguien se molesta por lo que pasó.
Telme y Haldir siguieron un rato con las máscaras puestas ante la mirada del resto de asistentes. Luego me enteré que hubo gente que al verlos exclamó “¡que vergüenza!” en referencia a ellos. Yo no oí nada, pero me fío de quien me lo ha dicho y sinceramente, si ese comentario iba dirigido hacia ellos y no se trata de un malentendido, me parece lamentable que se diga algo similar sobre el disfraz de un asistente cuando, primero la mayoría íbamos disfrazados de nuestro avatar, personaje, apodo o como lo queráis llamarlo y quitando a Haldir que estaba haciendo una gracia sana, Telmefion iba disfrazado haciendo referencia a su apodo y segundo, no hacían daño a nadie, así que menos el rasgarse las vestiduras y de tener una actitud sectaria ante según que cosas, que al final tendrán razón los que nos critican por lo que hacemos.
La cena estuvo muy bien y los platos deliciosos. Estuvimos bromeando a lo largo de toda la noche, entre nosotros y con más gente, haciendo multitud de fotos, que espero algún día poder subir a algún lado. Cerca teníamos a nuestros archienemigos de Lindon, a los cuales de tanto en tanto les hacíamos algún gesto y comentario sobre lo que les iba a pasar. Los de Umbar por su parte nos recordaban que “el este mola más”, aunque yo pensaba que Umbar se encontraba al sur, pero bueno, a saber :-p y su mascota, cuyo nombre por desgracia ignoro, se pasaba por nuestra mesa a estar un ratito con nosotros y con Jonás.
Tampoco faltaron los brindis, aunque en honor a la verdad, se hicieron esperar demasiado. No pudo faltar el brindis por nuestro Smial “¡¡¡Por el muy disuelto, muy barroco, muy gamberro, muy borraaaaaaaaasho y muy impresentable Smial de Tol Eressëa!!!, com anam!!??, Fooooooooooooortttsssssss, nam fooooooooooorrrrttttttssss, au idòooooooooooooooo!!!!!” (más o menos fue algo así, ya que siempre son improvisados y el orden de la primera parte del mismo pudo ser diferente). Tampoco faltaron los brindis por los amigos ausentes y por Jonás, que éste sí que no podía faltar. En vista de que otros smiales habían hecho una especie de himno utilizando, válgame la redundancia, otros himnos conocidos (como el himno de la nación), nosotros improvisamos uno usando el himno de La Balanguera, que es el himno de Mallorca. Vamos, que nos salió la vena patriótica durante unos instantes, aunque ya estamos pensando, o mejor dicho, en ese momento lo estuvimos pensando, de crear uno para la próxima vez.
Por fin tocó la entrega de mathoms, los regalos que se les dan a los organizadores de la Estelcon. Nosotros les trajimos un dibujo realizado por maese Oso del dragón Crisófilax y Egidio, el granjero del Ham. Para todos los asistentes trajimos unos botellines de herbes mixtes, ¡¡ups!!, quería decir Caldo de Ent, que al parecer tuvieron cierto éxito en vista de los comentarios y de cómo volaron los botellines. Luego comenzó la noche intemporal con cachondeo y juerga.
Aquí hay que contar una anécdota que protagonizó el bueno de Kaworu. Empezó a coger botellines sobrantes de hierbas y se los fue bebiendo trago sí, trago también, llegando a endosarse, al menos entre diez y doce botellines. En cada uno de estos botellines caben dos chupitos y medio, más o menos, de bebida, así que hacer cuentas y sumarle unas hierbas de primera generación, sin diluir y sin haber rellenado sus correspondientes recipientes con anterioridad, por lo que son mucho más fuertes. Eso explicaría las cosas que dijo más adelante, como que se presentaría a presidente del Smial, que eso le serviría para llegar a ser presidente del Gobierno y cosas así (todo esto grabado por un servidor :-D).
También nuestra mascota Jonás hizo de las suyas, le fotografiamos dándole a las herbes y a otras bebidas espirituosas, tanto solo como en compañía de otras mascotas de otros smiales, con las cuales protagonizó una improvisada fiesta.
Por último mencionar los mathoms que intercambiamos con nuestros enemigos de Lindon. Nos regalaron a Oso y a mí, unas simpáticas tazas, que nos representaban magníficamente, rellenas de blandy bloo. Por nuestra parte les regalamos unos cepillos de dientes para que vayan practicando a usarlos para limpiar el suelo para cuando los llevemos prisioneros a la isla, y una cabeza rellena de dulces de un espía que nos enviaron, para que sepan que hacemos con la gente que intenta hacernos daño.
Luego estuvimos haciendo una improvisada tertulia con varias gentes de diferentes smiales, Umbar, Lindon, etc., mientras otros haciendo cachondeo, otros cantaban, etc. Fue una velada muy bonita, divertida y agradable.
Mi Señora Enana se fue antes de hora porque no podía más por el cansancio y tiró hacia la habitación para dormir. Tras acompañarla, me encontré con que la gente ya se iba a la residencia, así que me volví pero seguí con la juerga un poco más, en compañía de Kawo (como no podía ser), Bombur, Tomás, Boro, Findûs, Grichan y más gente cuyo nombre no recuerdo o ignoro. Tomás trajo un licor típico de la zona parecido a les herbes, muy rico cuyo nombre no recuerdo y Boro trajo una botella de herbes que al poco desapareció. En este momento es cuando Kaworu soltó más perlas de las suyas y yo le grabé un par de veces, jejejeje.
A eso de las cinco y pico y muy a mi pesar, ya que hubiese continuado con la noche intemporal, me retiré a mi habitación, ya que en unas horas tocaría levantarse.
DomingoTocó diana a eso de las ocho y tras asearnos y vestirnos nos fuimos a desayunar. Luego nos dirigimos al auditórium, con los actos finales que anunciaban que el final de esta Estelcon estaba próximo. Primero tuvo lugar la representación de una obra de teatro “La Dama Blanca”, escrita y dirigida por Vestri, del Smial de Lórien. Hay que decir que fue magnífica pieza teatral y no puedo por menos que volver a felicitar a Vestri y a todos aquellos que participaron en la obra por la representación. Hay que decir que en dicha representación Boromir tuvo un pequeño papel tocando la guitarra mientras Hinudanan cantaba, para terminar saliendo los dos por patas, quedando claro que nuestro Capitán de Gondor a la hora de la verdad sabe salir corriendo muy bien :-p. Luego tocó la entrega de premios de los diferentes certámenes que se han realizado y para finalizar, la lectura del final del Señor de los Anillos con lo que esta Estelcon llegaba a su fin.
La foto plagiada
Tengo que mencionar una cosa relacionada con una de las entregas de premios, el del Concurso de fotografía. Una de las fotos premiadas fue en la que sale un socio del smial de Númenor, cuyo nombre ignoro, apoyado en una pared donde hay una mancha de color rojo. Está de tal forma que parece que le sale sangre de la cabeza. Bien, pues esa foto es un plagio, durante la visita guiada de Salamanca Telme y Haldir hicieron una foto similar con Jonás usando una mancha en la pared. El socio de Númenor lo vio y los imitó poniéndose él en otra mancha similar. ¡¡¡Luego va y resulta que su foto sale premiada!!!, ¡¡¡queremos que nos pague por copiarnos la idea que si no es por Jonás no tiene premio!!!, la próxima vez presentaremos la foto de Jonás a concurso, que si alguien ha de aprovechar de nuestras ideas, al menos seamos nosotros.
Tras la despedida oficial de la Estelcon nos fuimos a terminar de hacer las maletas y a comer, para luego coger carretera. Antes nos despedimos de mucha gente, gente a la que conocimos en esta Estelcon, gente a la que ya conocíamos, gente a la que se le echa mucho de menos.
Boromir estaba muy cansado y casi no podía conducir, así que un servidor se puso al volante del Parabarros. Hay que decir que me sentía como el Amo del Mundo ahí arriba, y eso que sólo era una furgoneta, así que entre mi señora enana y yo le cambiamos un poco el nombre de forma no oficial, rebautizando la furgoneta como la Nanoneta o Frikineta. Así que al ritmo de Tolqueenadas, de Santi Narnaron, nos fuimos directos hacia Madrid.
Tras hacer una breve parada en Ávila para descansar y tomar algo llegamos al peaje de carreteras. Había cierto tráfico y Telme y Haldir volvieron a hacer de las suyas poniéndose las máscaras mientras hacíamos cola. Sólo pude ver la cara de la persona que nos cobró el peaje y fue digno de ver, ojalá hubiese visto que cara ponían los ocupantes del resto de vehículos. Como anécdota, justo una semana después y en ese mismo peaje se detuvo a varios narcotraficantes, más o menos a la hora en que pasábamos nosotros una semana antes, ¿qué hubiese pasado si hubiese ocurrido justo cuando estábamos pasando nosotros con Telme y Haldir llevando las máscaras?, mi señora y yo nos reímos a hacernos esa pregunta, pero dudo que nos hubiese hecho mucha gracia vernos rodeados de policías armados hasta los dientes, o ver como sacaban a los ocupantes de un vehículo para detenerlos.
Al final llegamos a Madrid, tras parar y repostar, momento en el cual nos volvió a quedar claro que en Madrid la señalización da pena. Tras esto y dejar la Parabarros, nos fuimos a coger el avión con destino a casa. Kaworu no venía con nosotros, se quedaba un día más en Madrid, así que al cabo de un rato nos despedimos de él.
Y con esto y un bizcocho, se acabó la crónica de la Estelcón. Personalmente considero que ha sido la mejor Estelcon a la que he ido, pude ver a viejos amigos y conocer a gente nueva, haciendo turismo, disfrutando de una de mis aficiones favoritas y todo en compañía de mis amigos del Smial. Supongo que el poder haber hecho de todo lo que uno quiere hacer, y que la Estelcon se parecía más a una Mereth en el sentido de que la gente tuvo tiempo para hablar entre ellos, ha sido parte del éxito de esta Estelcon, siendo la organización de la Estelcon la otra parte del éxito.
Por último, quiero decir que fue un placer el volver a ver y conocer a mucha de la gente de la Estelcon: Pippin,, Beleg, Altariel, Findûs, Gimli, Elanor, Frodo, Eithel, Silmaril, Tomás, Dain II, Elessar, Aüle, Vestri, Nilerchowen, Eleder y muchos más que me dejo en el tintero, no por nada o porque seáis menos importantes, sino porque a la hora de redactar estas líneas, no me acuerdo de todo el mundo, aunque seguro que luego me acordaré de todos y cada uno de vosotros. A todos, espero volver a veros pronto, ya sea en la Mereth de Tol Eressëa, en la próxima Estelcon o en otras circunstancias.
Espero subir un día de éstos las grabaciones que hice de las conferencias, no sólo de ésta, sino también las que hice en anteriores Estelcones. Sé que no tengo perdón pero algún día lo haré, cuando Murphy y su puta madre me dejen de cambiar tanto los planes y pueda disponer de tiempo libre para ir quitándome de encima todas las cosas que tengo pendientes por hacer.
Cómo podéis ver, no he subido muchas fotos. La mayoría de las que hice las he subido al grupo de fotos del Smial. Allí podréis encontrar tanto las fotos de Telme como las mías. También os recomiendo que os paséis por su blog, donde encontraréis otra crónica de la Estelcon, acompañada de varias ilustraciones hechas por él, que para algo es un peacho artista.
Los enlaces a las fotos son los siguientes, para las de Telme:
http://toleressea.multiply.com/photos/album/56/Estel-Con_2008-Mereth-_AderthadLas mías son las siguientes:
http://toleressea.multiply.com/photos/album/57/Estelcon_2008Aún tengo que terminar de ordenarlas y renombrarlas, pero estoy en ello :-D
El único vídeo que he subido está en un post más abajo sobre Boro, el resto de momento me los guardo.
Y con esto y un bizcocho, nos vemos hasta el post siguiente.
P.D. ¿Ha merecido la pena la espera?
